31.12.07

Las cosas en la casa de las locas (2)

Una vez me confesó algo muy serio, identitario; pero no le creí, me lo dijo de una manera tan estúpida. Además a esa y en esa altura entre las burbujas de cualquier gaseosa light me había acostumbrado a sus mentiras. Se inmolaban en el aire las pequeñas redondas saliendo de los vasos azules y en un susurro me contaban como la urdimbre de cristal se formaba. Al salir de allí, tras tanta degeneración de color se sacrificaban casi con gusto. Que crueldad tan extrema pero a la vez debo reconocer que en esos vasos no había engaño. El agua era azul, perdía parte de su esencia como todo lo que traspasaba ese lugar pero ellos te lo mostraban en la mano, en los ojos, sobre la mesa y hasta en el piso.