2.10.10

Virtudes vicios

Frente a tanta confusión,
cuando mis piernas duelen y no sé de donde vendrá el dolor,
cuando los fantasmas son más que el temblor de la ventana en la habitación,
cuando mi disfraz es tan eficaz
que me cuesta quitármelo,
aunque más me cueste saber que nadie lo ve,
hago una tarta.

Sí, eso tan mundano,
una tarta y de calabaza.
Y es que
es tan incuestionable mi adicción a ellas,
tan suprema mi habilidad,
hasta hago la masa y
si tuviera patio tendría una vaca, haría manteca, sembraría mis calabazas, todo.
Intentaría quizás hasta crear una vaca.
Pero me conformo con ver mis manos hacer algo tangible
y excelente.