13.6.11

Sonries

10/03/11

Sonríes y tus dientes se asoman al aire caliente

que corta la piel, como fogatas afiladas.

Sonríes y se siente por el teléfono,

ese gesto ha pasado un trapo por los muebles de algarrobo,

ha barrido el piso después.

Esas sonrisas nos invitan a hablar en plural con tranquilidad,

en paz.

También por su reverberación develan

tu infinita, pero no eterna,

fortaleza.

Sonríes y me dan ganas de llorar

Necesidad

Suenan muy fuerte,
ensordecen.
Su chillido metálico tiene tal magnitud que a mí me cuesta hasta roncar.
Allá en Medio Oriente, los más hermosos kebabs;
allá quedan todas las paginas blancas de ese pequeño libro rojo
al que es tan difícil rendirle honores.
Aquí la rasposa imposibilidad de presentar reclamo, demanda, pedido.
Aquí el ruido perpetuo como acusándome.

Y más allá las imágenes con sonido, las cortas escenas.
La primera escena describe un concepto novedoso de entrecruzamiento de brazos
y de risas sumergidas en la tragedia.
La segunda escena es también la quinta, la octava, la décima y más,
es el instante de blancura mental, del vacío que excede todo idioma,
que no escapa voluntariamente a las descripciones pero que sin embargo, no puede ser apresado.
Cuantas escenas más, cuantos colores, palabras, escenarios, sensaciones, gustos
y para que, no?
¿Con que necesidad?