29.9.14

Aridez

Tengo la boca seca
no hay bálsamo, crema o jugo de naranja que ayude.
Tengo la boca seca
y el viento actúa como capa destructora. 
No sangro aún.
Me da asco la idea de un reflejo
o de un calco invertido como muleta. 
El amargo y rancio sabor del conformismo
me produce arcadas.
Prefiero beber mi sangre. 
Talvez.

Ahora brota un líquido amargo
de la pared a mi frente
y de mi frente a mi estomago.
Entiendo tan poco
y pienso tanto.
Como si creyera que el té,
puede lavar y redimir
las inmolaciones.
Como si me olvidara
que la prevención del ahogo
es la calma.
 Que cansador es esto.