25.1.09

guanchin fruncin palito

Jimena era increíblemente chismosa. Estaba más cerca del mundo de los muertos que de los vivos. Por un lado, con tanta información era una potencial amenaza para numerosas potenciales víctimas. Por otro, carecía de vida propia, medio parásito, medio marioneta; lo que la convertiría en un títere de gusano verde parchado con retazos.
A dieciséis casas y media vivía Doña Kuki sola como un champignon. Más o ménos de vez en mes Jime, a esta altura de la descripción somos íntimas, cocinaba galletas de limón, naranja, pomélo o las siempre apropiadas pepas y las llevaba en un tupper para tomar mate cuidadosamente cebado por la única amiga de su abuela que no se fue.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Locaaa…he entrado en tu blog, como veras…hace tiempo que me prometía a mi misma darme ese gusto (porque creeme que sabía que iba a ser un gusto) y por fin anduve husmeando. Quisiera hacer ese tipo de críticas q a vos te gustan, pero me temo que no soy buena para eso, capaz ni mucho menos. Lo único que puedo decir después de haber captado un poquito de esas pinceladas que con fuerza y vivacidad (y sobre todo fidelidad) dejas entrever…quedo en el silencio del sumo goce

Lucia dijo...

ayy gracias!! que ternura
me mata el anonimo eso si,

Anónimo dijo...

obviamente me iba a colgar...soy la nati. es que tampoco se usar estas cosas...asi que no se ponerme el nombre en azulcito como veo que se hace. tu lugar es un profundo respiro mientras estudio medieval, te lo prometo con cariño. un abrazo enorme